martes, 30 de octubre de 2007

TRABAJO FILOSOFÍA POLÍTICA

RELATORIA SOBRE EL PRINCIPE

El libro de Nicolás Maquiavelo – El Príncipe – es un repertorio bastante preciso acerca de los principados, la manera de controlarlos, de los enemigos que acechan a los gobernantes (príncipes), y de cómo prevenir ciertos errores para conservar tanto la vida como el mismo estado que se posee.

Maquiavelo propone unos puntos pragmáticos a razón del que gobierna. Es decir, de aquel que tiene a cargo el ejercicio de la política y por lo cual conoce sus riesgos, intimidaciones; ocultar y aparentar son parte de un engranaje estratégico, cuyos efectos son deliberadores ( pro y en contra). No se gobierna en contra del mismo pueblo, pero no siempre se está con él en ciertas circunstancias, lo más importante es gobernar el estado no contra de sí mismo, sino a favor de uno y sacar todos los provechos posibles.

Con relación a esto, el poder siempre ha seducido a los hombres desde los tiempos más remotos, de esta manera, no es preciso mirar a Maquiavelo como un hombre cínico, ni obsesionado con una astucia desmedida, hay que comprender cabalmente la época en que le tocó vivir, para entender su posición, él experimentaba lo que sucedía en la Italia de los siglos aproximadamente entre el XV y XVI. Además el poder es uno de los ámbitos de realización del espíritu humano que a su vez involucra todos los aspectos de la vida.

Para esto, Maquiavelo ofrece en los primero capítulos las características de los principados y el modo de adquirirlos. De esto, ofrece una clasificación en hereditarios y nuevos. Los primeros provienen de la familia en cual los poseyó; los segundos son añadidos al estado ya heredado y estos estados a su vez “(…) ofrecen una subdivisión, porque: o están habituados a vivir bajo un príncipe, o están habituados a ser libres; o el príncipe que los adquirió lo hizo con armas ajenas, o lo hizo con las suyas propias; o se los proporcionó la suerte, o se los proporcionó su valor” (Maquiavelo 1999: 21).

Más adelante, dice Maquiavelo que los estados hereditarios son más fáciles de conservarlos que cuando son nuevos, ya que el príncipe, al venir de una dinastía ya conocido por sus gobernados, no tiene la necesidad de ofenderlos ni agraviarlos, es amado por estos, a menos que tenga alguna clase de vicio que enturbie su reinado y lo haga aborrecible.

Para no hacer una exposición tan larga de los capítulos, recopilaré que:

Los capítulos del II al V, se examina la conquista de nuevas provincias por un estado ya formado y organizado (mencionado con anterioridad).

En los capítulos del VI al X, se estudia la formación de un nuevo principado (como los de Francesco Sforza y César Borgia).

El capítulo X, trata de la capacidad general de lucha de un estado contra el enemigo exterior. El número XI, está dedicado al peculiar tipo de principado que es el estado de la Iglesia para el cual no valen las reglas que rigen la vida de los demás estados.

Con los capítulos XII al XIV, se pasa a las grandes cuestiones generales de la vida interna del estado que se resumen, de forma simplificada, en una sola, el ordenamiento de las fuerzas armadas.

Conviene distinguir lo relacionado a la forma de adquirir un principado[1], esto lo analiza Maquiavelo en los capítulos VIII y IX.

Argumenta el autor que una primera via “ (…) es cuando un hombre se eleva al principado por una vía malvada y detestable, y el segundo cuando se eleva con el favor de sus conciudadanos”.( Maquiavelo : 68).

De la primera forma surgen como medidas para tomar la traición, matanzas, engaños y sin fin de crueldades todo la voluntad abnegada de conseguir un dominio. Como ejemplo predominante se encuentre el de Agátocles, quien empuño el cetro de Siracusa bajo todo este tipo de artimañas.

La segunda alternativa, bajo la ayuda de los ciudadanos, Maquiavelo lo llama civil. Para adquirirlo es necesario poseer cierta astucia y el favor de los grandes de dicho país o del pueblo en general “ (…) En toda ciudad existen dos inclinaciones diversas, una de las cuales proviene de que el pueblo desea no ser dominado y oprimido por los grandes, y la otra de que los grandes desean dominar y oprimir al pueblo”( Maquiavelo 1999:78).

Cabe aquí, encontrar las dos caras de una misma moneda, donde unos pocos tienen mucho y desean aún más (en este caso los ricos);y donde muchos tienen poco y están cercanos a no tener nada.( caso particular del pueblo oprimido). Por lo tanto el príncipe debe maneja con mucho cuidado esta situación, ya que si llega al poder con el auxilio de los grandes no podrá mandar a muchos y podría encontrarse con la ambición de estos; mientras que con la ayuda del pueblo se encontrará solo en su exaltación, pero con la base que este le será fiel si no los oprime de una manera agresiva.

Finalmente, a manera de gran lección de táctica militar, Maquiavelo evocará la necesidad del príncipe de mantenerse alerta en las cuestiones de belicosidad. Es decir, de salvaguardarse de ocios en tiempos de paz y enfocarse claramente y sin contratiempos de caudales de recursos bélicos (guerra y estrategias), a fin de que si por algún momento la fortuna le es contraria podrá defenderse y resistir los embates de los enemigos que lleguen en conquista.

BIBLIOGRAFÍA

MAQUIAVELO, Nicolás ( 1999). El Príncipe. Bogotá: Editorial Panamericana. Pág 230.



[1] Temas que para el autor de este escrito son interesantes y llaman profundamente su atención

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