martes, 30 de octubre de 2007

TRABAJO DE EDUCACIÓN

LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA

La Edad Media fue un periodo de la historia europea comprendida entre la desintegración del imperio Romano de Occidente, en el siglo V, hasta el descubrimiento de América, en el siglo XV. Fue un periodo caracterizado por muchos autores y especialista como de “tinieblas y oscuridad”, de parálisis del progreso, que fue ubicado entre la gloria de a antigüedad clásica y el desarrollo del renacimiento.

Las características más denotadas de este tiempo, a manera general, fueron:

El teocentrismo, dominio de la concepción teológica sobre otros conocimientos, Dios como centro esencial del aprendizaje; el feudalismo que era un “sistema contractual de relaciones políticas y militares entre los miembros de la nobleza de Europa Occidental (…) El feudalismo se caracterizó por la concesión de feudos (casi siempre en forma de tierras y trabajo) a cambio de una prestación política y militar, contrato sellado por un juramento de homenaje y fidelidad (…).”[1] Y la Iglesia, el clero dominaba todo lo relacionado a la educación y además era la cabeza en la escala social de esa época.

De lo señalado anteriormente, como preámbulo aclaratorio, el objetivo de este escrito es denotar cómo era la educación en el periodo del medioevo, una época caracterizada por muchos como oscura e intrascendente pero que en síntesis dejo legados importantes para la posteridad y los estudios significativos de los clásicos.

El periodo conocido como edad media se dividió en alta, plena y baja edad. Si la alta edad media se caracterizo por la ausencia de creatividad intelectual en Europa Occidental, la plena edad media fue el surgimiento del saber, las artes y las letras. Sobre todo de universidades, las más valiosa creación medieval para la posteridad.

En un principio, tres tipos de organización tuvo la escuela medieval:

“ a) escuelas monásticas b) catedralicias y c) escuelas parroquiales. Las primeras fundadas al lado de monasterios, se dividían a su vez en (scola interior) y (scola exterior). La primera era para los oblatos, la segunda para clérigos seglares y para seglares. Al lado de las escuelas monásticas aparecieron en las ciudades escuelas obispales y las escuelas catedralicias.”(Jaramillo 1970: 76). En general durante la edad Media, la educación estuvo regida por los preceptos religiosos y morales de la Iglesia Católica

Las universidades nacieron como gremios de maestros y escolares en el s XIII. Hasta entonces, las escuelas catedralicias y monásticas eran los únicos centros de enseñanza en Europa Occidental.

Profesores y alumnos de las escuelas catedralicias decidieron agruparse y formar su propia universitas, como se llamaba en latín a todas las corporaciones educativas. El lugar donde se desarrollaba la clase era estudios generales.

Las primeras universidades fueron las de Paris (Sorbona), célebre por sus estudios de teología; la de Bolonia, por el derecho y la de Salerno, por su medicina, ambas en Italia; Oxford en Inglaterra y Salamanca en España.

Además, todas las universidades contaron con la aprobación del Papa y el monarca respectivo para su funcionamiento. “La máxima autoridad en ellas era el canciller o representante del obispo y al frente de cada facultad había un decano. Las facultades existentes eran teología, derecho, medicina y artes.”(González 1991: 107).

Respecto a los estudiantes, la mayoría eran varones y aspiraban al sacerdocio. No se admitían mujeres. Procedían de diferentes países, de manera que los de una misma nación se alojaban en la misma casa.

CARRERAS Y TÍTULOS

El alumno empezaba su preparación en la facultad de artes donde cursaba el “trivium (gramática, retórica y dialéctica) el cuadrivium( aritmética, geometría, astronomía y música), llamadas las siete artes liberales. Este plan de estudios procedía de las escuelas monacales y catedralicias, las cuales lo habían heredado de la civilización romana.” (Ibid 1991: 107). Al finalizar esos estudios, el alumno recibía el grado de bachiller y usaba tal título delante de su nombre. Los bachilleres escogían una carrera, al final de la cual obtenían la licencia para enseñar en todas partes.

Los licenciados que elaboran y defendían una tesis eran recibidos en el grupo de maestros o doctores de la universidad. En las ceremonias de grado, por influencia de las investiduras de la época, se imponían al graduando los atributos y símbolos de su jerarquía intelectual: la toga, el birrete y el anillo.

Con respecto a las clases, se dictaban en latín y consistían en exposiciones orales del maestro, pues apenas había libros, mientras que los alumnos tomaban notas; eran comunes los debates entre los profesores y alumnos con motivo de temas controvertidos. Todo era basado siempre sobre los textos de los sabios de la antigüedad. La investigación y la experimentación, concebidas como creación de ciencias, no se desarrollaban.

Las relaciones entre maestros y alumnos eran distantes y poco afectuosas, se encontraba una tolerancia nula, el castigo corporal era frecuente, el educando no podía expresar su opinión personal ni disentir, “(…) el objetivo final de la educación impartida buscaba el obedecimiento al mandato de la Iglesia y de sus normas morales y religiosas”( Rivero 1994: 162).

Cabe añadir, que las universidades desarrollaron la civilización europea, no sólo por la transmisión del saber, sino porque fueron órganos de opinión pública ante los problemas de su tiempo.

El saber dejó de ser exclusivamente para el clero porque la presencia de los laicos creció en el ámbito universitario.

LA ESCOLÁTICA

Este nombre se aplica a la “filosofía que nació en las escuelas catedralicias y monásticas (de ahí su nombre) y que se desarrolló en las universidades. El auge del pensamiento filosófico se debió a la agitación intelectual que provocó en Europa Occidental el conocimiento de las obras de Aristóteles.” ( Ibid 1991: 109).

Así, pues, “los pensadores escolásticos mezclaron lo que habían escrito los padres de la Iglesia en los siglos III y IV con los escritos de los filósofos griegos Platón y Aristóteles esta labor fue realizada durante el s. XIII por tres monjes, a quienes la Iglesia santificará luego de su muerte: San Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura” (Rivero 1994: 163).

El más importante Personaje de estos tres fue Santo Tomás de Aquino que “cristianizó” el pensamiento de Aristóteles, siguiendo la inquietud de los filósofos de buscar puntos de armonía entre el pensamiento racionalista del filósofo griego y las creencias cristianas aprobadas y precisadas en los concilios. El dominico Tomás de Aquino, quien vivió en el s XIII, logró encontrar la armonía, fue el más grande filósofo del Medioevo. Su obra más grande fue la Suma Teológica, en la cual estableció la diferencia entre la teología y la filosofía.

Para lograr la síntesis de fe y razón, Santo Tomás adoptó la lógica de Aristóteles y otros conceptos compatibles con los dogmas que a partir de entonces quedaron incorporados al pensamiento cristiano.

Pero la mayor crítica a la escolástica es el dogmatismo que coartó la libre expresión del pensamiento. Sin embargo, el gran aporte de esta consistió en haber introducido en la civilización cristiana de occidente el pensamiento racionalista de los griegos, que se había perdido desde los comienzos de la Edad Media, y en ejercitar en el raciocinio a varias generaciones, lo cuál preparó el espíritu crítico y científico que predominará en los siglos de la Edad Moderna.

BIBLIOGRAFÍA

RIVERO DIAZ, Gonzalo. VELEZ DARIO Javier. De CHIAPPE Eleona, LA ROTTA LONDOÑO Esperanza. GAITÁN GARCIA Gabriel (1994). Mundo Medieval 7. Santafé de Bogotá: Editorial Libros y Libres, Pág. 328.

Enciclopedia de consulta Encarta 2004.

GONZÁLEZ MONTENEGRO, Augusto. CUBIDES SALGUERO, Jorge. (1991). Civilización 7. Bogotá: Editorial Norma, Pág. 378.

JARAMILLO URIBE, Jaime (1970). Historia de la Pedagogía como Historia de la Cultura. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Dirección de divulgación cultural.



[1] Enciclopedia Encarta 2004

TRABAJO DE TRAGEDIA GRIEGA

LA HAMARTÍA EN EDIPO REY, IFIGENIA ENTRE LOS TAUROS Y HÉCUBA

Preguntas claves en la tematización de este escrito radican en: ¿qué significa el concepto de hamartía y cómo se produce ésta en las piezas trágicas: Edipo Rey, Ifigenia entre los Tauros y Hécuba?; ¿se observan diferencias y semejanzas en estas obras?

Para responder a estas conjeturas se basara, principalmente, en el estudio realizado por Carmen Trueba en su capítulo del libro –Ética y tragedia en Aristóteles- y en las mismas obras planteadas.

En primera instancia, el término hamartía designa un “error trágico” que el personaje principal comete por desconocimiento que a su vez, lo conduce a la desdicha.

“(…) La composición de la acción trágica como una megále hamartia presenta la acción destructiva y terrible como un error sumamente grave, pero involuntario y digno de compasión, que propicia en el espectador una indulgencia peculiar y una emoción empática muy intensa” (Trueba 2004: 115).

También, en segunda instancia, conceptos como el reconocimiento y la peripecia juegan un papel importante en las tragedias. En la – Poética- de Aristóteles, el reconocimiento es definido como “(…) un cambio de la ignorancia al saber, que genera, el amor o el odio de quienes están predestinados para la felicidad o la desdicha”[1] , y la peripecia “es la transformación de lo actuado en su contrario”[2]

Ahora bien, se analizará inmediatamente, cómo los elementos anteriormente estipulados se manifiestan en las obras de Sófocles y Eurípides, y, cómo se presenta la “acción terrible” en ellas.

En las tres tragedias los agentes ignoran algo, esto a fin de cuentas, es de suma importancia para el desarrollo consecuente de la obra y para el devenir mismo de ellos.

Edipo ignora los lazos de parentesco que existen entre él, Yocasta y Layo (padre y madre respectivamente). En Ifigenia, ésta, desconoce la suerte de su querido hermano ( el cual cree que está muerto) y su relación de consaguinidad con los dos desconocidos capturados para ser sacrificados a la diosa Artemisa.

¿Qué ignora Hécuba?, Hécuba como viuda, expatriada y sierva, reducida a una miseria sin igual, ignora la muerte de su hijo Polidoro a manos de Poliméstor.

Asimismo, las acciones terribles cometidas por desconocimiento son:

En Edipo, el parricidio y el incesto cometidos por este, a pesar de tratar de evitarlo, alejándose de quienes cree son sus verdaderos padres: el rey Pálibo y la reina Mérope.

La obra Ifigenia, la acción terrible que se aproxima, es el sacrificio de su hermano Orestes, pero que no llega a concluirse.

En estas dos obras se denota que un personaje cometió la acción trágica y el otro la evitó. Edipo cayó porque no alcanzó la plenitud de la razón. No se detuvo a pensar si aquellos hombres en el cruce de caminos tenían alguna relación con él. Mientras que Ifigenia, presenta una imagen indagadora, pregunta a los capturados sobre Grecia y otras cuestiones, con las cuales progresivamente se da el reconocimiento. Se detiene para pensar y reflexionar sobre quienes son realmente aquellos dos extraños.

En Hécuba no se encuentra una acción terrible acontecida por desconocimiento. Lo más grave, que ocurre, es lo cometido en contra de Polimester (enceguecerlo), lo cual es hecho por Hécuba. Ella, herida en lo más profundo de su ser, afectada por el sacrificio de su hija, y ahora, el conocer la muerte de su hijo, utilizará ciertas ardides, con el propósito de castigar al traidor, el cual, no supo mantener la costumbre de la hospitalidad intacta y se dejó absorber por la avaricia.

Cabe agregar, que una importante diferencia en las dos primeras obras mencionadas, es el momento en el que se da el reconocimiento; en el caso de Edipo, después de haber asesinado a su padre Layo; en cambio en Ifigenia, se concreta antes de la acción, lo que hace evitar el posible desenlace terrible que se esperaba.

Así, pues, se especifica en ambas obras ese paso importante de la peripecia que se abarca trágicamente.

En Edipo, se centra de la dicha a la desdicha, sus propias acciones lo condujeron a la desgracia. Es decir, se encuentra un desenlace infeliz; muy diferente a lo visualizado en Ifigenia el cual se transito de la desdicha a la dicha. Ella reconoce los lazos de sangre con Oreste, encontrando, de esta forma, la gracia del reencuentro.

En Hécuba se presenta un reconocimiento, a mi entender, bastante simple, ya que le traen el cuerpo de su hijo muerto, hallado en la orilla del mar, y ella al mirarlo atentamente lo reconoce, y entonces se lamenta aún más de sus desgracias venidas todas juntas.

Es apreciable el talento de Eurípides en esta pieza, ya que desenvuelve de una gran manera, todo el manejo a la venganza que su heroína realiza. Basta una mirada para comprobar toda una intensidad dramática que llega a situaciones extremas. La aparición del espíritu de Aquiles, reclamando el sacrificio de Polixema, había puesto a Hécuba en una lamentación notoria, pero que al final, tenía que resignarse – ya que se trataba de un deseo de un muerto-, más no podía actuar de esta manera, ahora, en lo relacionado con su hijo. Surge un espíritu vengativo, una fuerza de destrucción. Actúa de acuerdo a una serie de procesos psicológicos explicables. Todo engendrado por su gran amor de madre y por su afán de obtener justicia, ya que no sería mostrada como un monstruo ante los otros, sino como justa vengadora de los que habían iniciado los crímenes.

Otro aspecto interesante en la obra, radica en que Hécuba nunca clama plegarias a los dioses para que la socorran. Parece no necesitarlos ya que ella misma siente que nadie podía resistir con tanta entereza sus desgracias. Su sufrimiento no la hunde en total desesperación. Al contrario, trata de cierta forma, mantenerse en pie, de reaccionar contra la conformidad que los hombres tienen respecto a los designios divinos.

De lo anterior, más que pasiones de otra índole, sigue en ella cierto carisma maternal, reflejado en salvar de la muerte a su hija Polixema, ya que menciona que fue ella la que dio a luz a Paris, aquel asesinó a Aquiles con una flecha. De esta manera, quiere evitar la perdida de otro ser querido, aparte de los muertos en Troya, que la dejarían sola y perdida.

Finalmente, la forma como se da el reconocimiento en las obras – Edipo Rey e Ifigenia entre los tauros- es una principal diferencia. En la primera es ya realizada la acción terrible, mientras que en Ifigenia, se realiza antes, por ende, no se ejecuta la acción y el final es dichoso.

BIBLIOGRAFÍA

TRUEBA, Carmen (2004).Ética y Tragedia en Aristóteles. Barcelona: Anthropos, pág 131



[1] Aristóteles, Poética 1452a

[2] Ibid Pág. 12

TRABAJO DE LICENCIATURA EN ESPAÑOL

LOS VISIGODOS

En la historia de la península Ibérica, se puede hablar de un grupo de suma importancia para el desarrolla tanto cultural como lingüístico, es el caso de los visigodos.

Por ende el objetivo de este escrito es analizar de forma simplificada ciertas características de este grupo como son la religión, el origen, la economía, la invasión a España, el arte, la lengua gótica y demás para entender a cabalidad a un pueblo conocido por ser señalado bárbaro, pero que tenía desarrollos que ayudaron a mejorar y ampliar la dinámica de la Hispania antigua.

Para empezar con este grupo, hay que detallar que pertenecía en conjunto a una rama conocida como los germanos, que eran diversos pueblos de origen indoeuropeo (igual que griegos y romanos) unidos solamente por el parentesco lingüístico de los dialectos que hablaban. Su centro de dispersión fue la península Escandinava, de donde emigraron varias tribus mil años antes de Cristo. Las migraciones continuaron en los siglos siguientes hasta poblar la llanura central. Causas de estas migraciones fueron el empeoramiento del clima en Europa nórdica, el crecimiento demográfico y el atractivo que ejercía la civilización romana sobre ellos. “En el siglo IV los principales pueblos germanos eran los francos, sajones y frisones junto al Rin; los burgundios, suevos, alanos y otros próximos al Danubio y más al oriente los vándalos y los godos (visigodos o godos del oeste y ostrogodos o godos del este ).[1]

Los godos tienen su origen en las tierras del sur de Suecia. No se sabe en que época los godos se diferenciaron de los otros pueblos nórdicos vecinos de ellos tales como gépidos, jutos, ect. Por lo tanto es difícil trazar con exactitud las raíces de su primer origen. Lo cierto es que el pueblo nórdico entra en la historia cuando los romanos los mencionan como habitantes de las costas bálticas de lo que hoy es Alemania y Polonia. A lo largo de dos siglos los godos van emigrando hacía el sureste hasta establecerse en la primera mitad del siglo III d. C en las orillas del mar Negro, al este del rio Dniester, en lo que hoy es Moldavia y Ucrania.

A su vez, los godos propiamente dichos se dividían en Therungi y Greuthungi, los primeros fueron llamados best goths (visigodos) y los segundos ostgohts (ostrogodos) Otra denominación visigoda fue la de “ hombres fuertes”.

Durante el siglo III ambos grupos efectuaron incursiones contra el imperio romano, destacando las del 251 ( contra misia y Tracia), la del 258-259 ( contra la costa del mar negro, Propóntide, las islas del Egeo, Efeso) y la del 269 ( contra Creta, Chipre, Tesalónica y otros puntos)[2].

Con respecto a la estructura social se definía en que todos los hombres adultos eran por definición libres y guerreros; se agrupaban por estructuras de clases (esto es, se congregaban familias con otras que compartían vínculos de consaguinidad) en las que un grupo reducido de caciques eran los jefes del clan a efectos de impartir justicia y tareas.

El godo normal vivía de la tierra cultivándola, solo en tiempos de guerra tomaba las armas, lo que era derecho y deber de todo godo adulto. En consecuencia todos los hombres eran campesinos – soldados- y libres.

Desde el siglo III, las crisis del Imperio romano facilitaron la penetración de germanos (caso de los visigodos) y el acercamiento con los romanos. “Los germanos nunca pretendieron destruir el Imperio, querían una integración al mismo. Pero a fines del siglo IV comenzaron las invasiones o sea, la entrada masiva y violenta que en oleadas sucesivas duraron hasta fines del siglo siguiente y acabaron con todo el esplendor del imperio romano[3]”.

De esta manera, los visigodos asentaron su reino en la península Ibérica (denominada reino de Toledo). Su dominio duró 300 años, del 414 al 711, finalizo su periodo por las invasiones musulmanas.

Llegaron a Hispania como federados (es decir tribus vencidas u hostiles admitidas en el imperio como tropas aliadas, bajo el pago de sueldos) para combatir a los suevos, alanos y vándalo. Así, se establecieron en el sur de las Galia, donde crearon el reino de Toledo anteriormente señalado.

La invasión de los visigodos se desarrolló en tres etapas:

a) “409-507 d.C: en el año 409 irrumpieron grupos suevos, vándalos y alanos. En la Galecia se establecieron los suevos, bajo la dirección de Hermérico. Los alanos se extendieron por Lusitania y la mitad occidental de la Cartaginense. En el 415 los visigodos, aliados militares de Roma, entraron en la Península con el compromiso de liberarla del resto de pueblos bárbaros. Tras derrotar a los alanos y a los vándalos, los visigodos se retiraron a la Galia.

b) 430-453: en Galecia se consolidó el reino suevo que, bajo Requila (441-448), extendió su influencia a toda Hispania, a excepción de la Tarraconense, convertida a su vez en área de expansión de los visigodos de Tolosa. La crisis del poder imperial en Hispania se consumó a partir del 441 con la revuelta de los bagaudas de los valles del Duero y del Ebro.

c) 453-507: los visigodos entraron de nuevo en la Península bajo Teodorico II (453-466), derrotaron a los bagaudas (454) y vencieron al suevo Requiario (456). La expedición dejó como consecuencia el establecimiento de visigodos en Mérida y en la Tierra de Campos”.[4]

Cabe señalar, que el reino Visigodo tuvo su identidad más representativa con el reinado de Leovigildo (568-586) que instauró los siguientes puntos:

Se impuso a la aristocracia de la Betica; anexiono el reino suevo ( 585) situado en la provincia romana de Gallaecia ( actual Galicia).; Ocupo Amaya, en el entonces territorio Cántabro y en el 581 erigió la plaza fuerte de Victoriano para contener a los vascones[5].

Asimismo, se tomaron medidas encaminadas a promover la fusión entre visigodos e hispanorromanos para acabar con las diferencias religiosas. Este tópico es importante ya que en la historia visigótica se pueden distinguir dos periodos: el arriano (del 414 al 586) y el católico (del 586 al 711). El primer periodo es llamado de esta forma ya que Leovigildo trató de imponer el arrianismo como religión oficial pero fracasó por la oposición de la iglesia y de la aristocracia, pero ¿qué es el arrianismo?

“Es una herejía cristiana del siglo IV d. C que negaba la total divinidad de Jesucristo en su pleno sentido. Nació el nombre de arrianismo por su autor Arrio”[6]. En síntesis planteaba que Cristo no era Dios, sino un ser superior a los hombres e intermedio entre estos y Dios. De esto sale a concluir que los arrianos eran cristianos pero no católicos.

“Las enseñanzas de Arrio fueron condenadas en el año 325 en el primer Concilio ecuménico de Nicea. Los 318 obispos reunidos allí redactaron un credo que establecía que el Hijo de Dios era “concebido, no hecho”, y consustancial (en griego, homoousios, de la misma sustancia) con el Padre; esto es, el Hijo formaba parte de la Trinidad, no de la creación. Previamente, ningún credo había sido aceptado con carácter universal por todas las iglesias. La condición del nuevo credo como dogma fue confirmada por prohibiciones en contra de la enseñanza de Arrio.”[7]

El antagonismo retrasó la integración de la mayoría romana y católica con la minoría germana y arriana.

Sin embargo, la iglesia logró finalmente la conversión de los reyes y sus pueblos. Era la única institución organizada y con influencia espiritual sobre la población sometida. Fue la Iglesia la cohesión de los reinos.

Esta conversión de los visigodos a la religión de Roma fue posible en cierta medida por dos principales personajes, San Leandro y San Isidoro; la vida de estos dos santos es imprescindible para comprender la historia de los visigodos y el legado que dejaron.

Ambos eran hermanos, su madre era visigoda y con seguridad arriana, su padre Severino ocupaba un puesto en la administración civil de la provincia cartaginense. Leandro nació en el 530 e Isidoro en el 560.

Leandro ingresó a una orden monástica, tenía fama de persona inteligente, buen orador y además había estudiado con los mejores profesores de su época.

En 587 Leandro se convirtió en metropolitano de Sevilla por elección popular. Conoció a Hermenegildo (hijo del rey Leovigildo) jefe político de la provincia quien lo envió a Constantinopla por espacio de tres años (582 a 585). Allí conoció a Gregorio, vicario del Papa ante el emperador (años después este sería Papa) la historia lo conoce como San Gregorio Magno, Leandro regresó a Hispania en 585.

Como había pasado un tiempo en Constantinopla estudio el poso doctrinal e histórico del arrianismo. Sin su presencia es difícil pensar que se hubiera llegado a un entendimiento entre católicos y arrianos, y como prueba de ello, el III concilio de Toledo fue presidido por él. De esta manera la corte visigoda entera fue convertida al cristianismo. Tras el éxito de la conversión Leandro se convirtió sin discusión en la figura más importante del reino detrás del rey.

Falleció en Sevilla en 596. Isidoro fue sucesor de su hermano en la sede Sevillana.

Isidoro era un obispo al que le preocupaban las vicisitudes del reino, por ello escribió su Historia de los godos, vándalos y suevos fuente imprescindible de esta época ya que Isidoro tuvo acceso a todos los archivos y a todas las personas notables del reino para su propósito literario.

Él se dio cuenta de que la Hispania de su tiempo no era la Hispania romana sino algo nuevo, que abarcaba a una cultura y ciencia heredada pero a su vez una Hispania pasada por el tamiz de los visigodos. En consecuencia Isidoro creía que la fusión de godos e hispanos no solo era inevitable sino además deseable.

Coherentemente con esta idea, Isidoro dedicó todo su episcopado a reunir el legado del imperio y de la vieja Hispania para transmitirlo a la nueva comunidad. Dedico a la vez su esfuerzo a dar forma a la monarquía visigoda.

Isidoro logró recopilar buena parte del saber de su época para legarlo como herencia nacional a godos e hispanos romanos. Creó escuelas episcopales que difundieran el saber atesorado y lo pusieran en servicio de los hispanos, no de una élite intelectual.

Por lo tanto la intervención de Isidoro en el IV concilio de Toledo fue imprescindible para convertir a la iglesia en un poder moderador y el propio concilio en un esbozo de cortes nacionales a las que debía someterse para su aprobación la legislación del reino. El santo falleció en Sevilla el 4 de abril del 634[8].

Terminada la pequeña síntesis respecto a la religión de los visigodos, se da inicio al aspecto cultural como el arte en general.

Los visigodos fueron un pueblo que utilizó la piedra como principal material de construcción. La edificación de sus iglesias depende en exclusividad de los modelos de basílicas cristianas fundiendo elementos orientales y occidentales.

Dos tipos de arquitectura fueron utilizados: “la basilical griega y la cruciforme griega”[9]. De la primera opción se denota que es una iglesia de planta basilical y de proporciones cuadradas como la de San Juan de Baños (Palencia). Los ejemplos de planta bizantina o de cruz griega inscrita en un rectángulo y abierta abovedada son Santa Comba de Bande (Orense) y San Pedro de la Nave (Zamora).

En la escultura se caracterizan por los relieves de los capiteles[10], predominan las decoraciones geométricas, espirales, círculos, rosetas (formas botánicas), figuras zoomorfas de animales estilizados; en la pintura solo practicaron la decoración de códices[11].

Con base al gobierno y la política pretendieron instaurar un estado centralizado, cuya cabeza estaba la institución monárquica, de esto se obtuvo dos formas de gobernar “(…) sobre la población mayoritariamente romana actuaron como gobernadores y jefes del ejercito imperial, y hacía su pueblo como reyes (…)”[12]. Tradicionalmente se accedía al trono por elección dentro de un linaje, es decir, se hizo hereditaria la corona.

Además, “cada reino se dividió en distritos gobernados por un conde, jefe militar, civil y judicial. La recaudación de impuestos romanos fue reemplazada por la prestación personal de servicios”[13].

La sociedad y la economía eran básicamente rurales. En consecuencia, la tierra fue la principal fuente de riqueza, pero la agricultura se estancó por la poca población y las técnicas rudimentarias.

La estratificación fue simple: “en primer lugar se hallaban los gobernantes y nobles germanos que formaban el sector dirigente junto con algunos romanos y obispos, en la segunda instancia los ricos propietarios romanos y en último lugar los artesanos y la inmensa mayoría campesina.”[14]

Las leyes visigodas, para acabar con las costumbres de las venganzas familiares, establecieron indemnizaciones en dinero que debía pagar el ofensor o sus parientes a la victima o su familia. Algunas de ellas eran: por matar a un hombre de 15 a 20 años de edad, pagar 150 monedas de oro; de 20 a 50 años de edad 300; de 50 a 65 años, 200; de más de 65, 100. Por dar muerte a una mujer de 15 a 40 años, 250 monedas; de 40 a 60 años, 200; de más de 60, 100; por cortar a otro una mano, un pie, un ojo o la nariz, 100 monedas, por un pulgar de la mano o el pie, 50; por el índice, 35; por los otros tres dedos, 50. Una herida a otro en la cabeza o el vientre, le costaban al victimario 30 de oro.

Para concluir, la lengua de los visigodos antes de asumir el latín fue la gótica, la cual pertenecía a las lenguas germanas, hoy totalmente extinta y hablada tanto por los pueblos ostrogodos y visigodos.

El conocimiento de este lenguaje son reconocidos por las traducciones que hizo el obispo godo Ulfilas de la Biblia, a quien le es atribuido tradicionalmente, estaba formado por 27 caracteres: 25 signos griegos modificados y dos runas, estas son “cada uno de los caracteres del alfabeto que usaron los pueblos germánicos. En toda la Europa occidental se han encontrado inscripciones rúnicas, en monumentos de piedra y en objetos metálicos como puntas de lanza y amuletos; el mayor número de ellos se han localizado en Inglaterra y Escandinavia”[15].

Los pronombres personales son los siguientes:[16]

1

2

3

Masculino

Femenino

Neutro

Singular

Nominativo

ik

U

is

ita

si

Acusativo

mik

Uk

ina

ita

ija

Genitivo

meina

Eina

is

is

izos

dativo

mis

Us

imma

imma

izai

Dual

nominativo

wit

acusativo

ugkis

Igqis

genitivo

Ignara

dativo

ugkis

Igqis

Plural

nominativo

weis

Jus

eis

ija

acusativo

uns(is)

Izáis

ins

ijos

genitivo

unsara

Izwara

ize

izos

dativo

uns(is)

Izáis

im

im

im

Otras características de esta lengua son :

Los adjetivos y pronombres demostrativos para designar “esto” es SA para masculino y para femenino SO.

El verbo tenía dos voces activa y pasiva, dos modos indicativo y subjuntivo; dos tiempos presente y pretérito.

Los nombres son masculinos, femeninos o neutros, singulares o plurales con cuatro casos.

Hubo palatalización de la K y de la G latinas a su llegada a la península; registra la raíz de origen germánico BURG- que significa ciudad, y palabras como falda, guerra, guardia y todo lo relativo al uso militar son de origen godo.

En conclusión el reino visigodo de hundió en el 711 por problemas internos y traiciones. Fue durante una lucha por el poder entre Don Rodrigo y Witiza, señores visigodos, este último pactó con los árabes que llegaron en su ayuda, invadieron la península al ver la poca oposición que tenían.

El ejército de Rodrigo fue vencido por los musulmanes y para el 713 toda la Hispania, a excepción de algunos lugares, quedó bajo el dominio mahometano

LISTA DE LOS REYES VISIGODOS[17]

NOMBRE

REINADO

Ataúlfo

410-415

Sigerico

415

Valia

415-418

Teodorico I

418-451

Turismundo

451-453

Teodorico II

453-466

Eurico

466-484

Alarico II

484-507

Gesaleico

507-510

Teodorico I el Grande

510-526

Amalarico

526-531

Teudis

531-548

Teudiselo

548-549

Agila

549-555

Atanagildo

555-567

Liuva I

567-572

Leovigildo

568-586

Recaredo

586-601

Liuva II

601-603

Viterico

603-610

Gundemaro

610-612

Sisebuto

612-621

Recaredo II

621

Suintila

621-631

Sisenando

631-636

Chintila

636-639

Tulga

639-642

Chindasvinto

642-653

Recesvinto

653-672

Wamba

672-680

Ervigio

680-687

Egica

687-702

Witiza

700-710

Agila II

710-716

Rodrigo

710-711

BIBLIOGRAFÍA

  1. GONZÁLEZ Augusto, Cubides Jorge. Civilización 7, Bogotá, Norma, 1991

  1. www. Wikipedia.com

3. Enciclopedia Encarta 2004

4. www. Historialago.com/leg_visig_0101_introducción_01.htm/

5. www. Proel. org



[1] GONZÁLEZ Augusto, Cubides Jorge. Civilización 7, Bogotá, Norma, 1991

[2] Tomado de www. Wikipedia.com ( Visigodos)

[3] Ibid Wikipedia

[4] Ibid Wikipedia.com

[5] Tomado de enciclopedia Encarta 2004

[6] Enciclopedia Encarta 2004

[7] Ibid Encarta 2004

[8] Tomado de www. Historialago.com/leg_visig_0101_introducción_01.htm/

[9] Tomado de enciclopedia Encarta 2004

[10] capitel. (Del prov. capitel). m. Arq. Parte superior de la columna y de la pilastra, que las corona con forma y ornamentación distintas, según el estilo de arquitectura a que corresponde. Encarta

[11] Tomado de enciclopedia Encarta 2004

[12] GONZÁLEZ Augusto, Cubides Jorge. Civilización 7, Bogotá, Norma, p 24

[13] Ibid p 25

[14] Ibid p 27

[15] Enciclopedia Encarta 2004

[16] Tomado de www. Proel. org

[17] Tomado de www. Wikipedia.com